jueves, 28 de agosto de 2008

Para Jorge, con cariño de sus compañeros.

Madre hay una sola... ¡felizmente!

Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en Madre.

Dios la ha dotado a mansalva del "instinto maternal" con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura. Pero gracias al "instinto maternal" la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche...

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada...

Es llorar cuando ve a los niños contentos y sonreír cuando los ve sufriendo.

Es servir de niñera, maestra, chófer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre.

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega, hacerse la dormida para no fastidiar.

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir que "son cosas de la edad" cuando la mandan al carrizo.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.

Por suerte hay una sola Madre. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.

Autor: Isabel Allende.

3 comentarios:

JG dijo...

Un fuerte abrazo !!!
Javier.

Anónimo dijo...

Por Dios Javier....CASI ME DA UN PATATUS!!!!!!!!!!!!! no hay más cosas...????
Besos
Mónica

Anónimo dijo...

Mónica:

Dentro de poco vas a pasar a formar parte de un club maraviloso, pero si te ayudan conlo de los pañales y los mocos mejor !!!!!!.